Responsabilidad... frente a quién?

Ayer mi hermana me hizo un comentario que me dejó bastante afectado y pensando bastante sobre la responsabilidad que tiene uno de hacerse respetar y la de respetar a la familia.

Todo esto va por el tema de la sobreexposición y, nuevamente, la discriminación general. Debo reconocer a José Miguel Villouta por el coraje que ha demostrado de mostrarse abiertamente gay y de, en cierto modo, "hacer causa". Yo igual he tratado de hacer algo por mi parte, pero desde el anonimato no es lo mismo, eso lo sé, pero tampoco serviría de mucho que el señor Dix se diera a conocer públicamente, algo así como la noticia que publicó El Mercurio de mi persona y posteé previamente (Por fin me publicaron...) mal que mal no soy nadie mediático ni del jet set (sorry José Miguel, no estoy diciendo que tú lo seas y asumo que te cargaría serlo); pero si bien ya antes comenté el hecho de que la visibilidad de uno sí hace una diferencia, donde el respeto que uno tenga como persona sirve para crear consciencia y dignifique ante muchos la homosexualidad, hay una contraposición a la que me enfrentó el comentario de mi hermana.

Aunque no me guste ni comparta los motivos por los que sacó a la luz pública Jennifer (supongo que todos saben a lo que me refiero) su relación y su bisexualidad, sí lo hago con una de las motivaciones que ella adujo, que prefería ser conocida como bisexual a que fuera la amante de un hombre casado. NO ES EL MISMO CASO, OK? pero creo que tengo la dignidad suficiente y cuento con un respeto general, por lo que no me espantaría del todo que se extendiera el círculo en que se conoce mi sexualidad (por ejemplo en el trabajo) y que mi cuasi/ingénuo/camuflado/incipiente activismo pasara a tomar un rol algo más relevante.

A todas luces ese no es el motivo que buscaba Jennifer, eso da lo mismo, y que sí es el caso de José Miguel (creo), pero el punto radica en lo siguiente: está la dignidad y el respeto propio, yo no me avergüenzo de mi sexualidad, no me considero un freak ni un elemento socialmente despreciable, así que podría enfrentar con orgullo mi sexualidad ante muchas personas (al menos en teoría), es más, en menor escala creo que eso me quedó claro al saludar a la amiga de mi hermana y que todo su círculo se pudiera enterar, que ya no fuera el hermano simpático (supongo), tincudo (espero) y apuesto (jajaja, ojalá!) sino el hermano gay o el desperdicio de hombre... Tampoco se trata de ir por todos lados haciendo gala de mi homosexualidad, no pretendo echarme problemas gratuitamente.

Para no seguir divagando... el comentario de mi hermana y que a ella se lo hizo mi madre fue: "Ok, Jennifer dice que su familia la apoya en todo, ¿pero quién apoya a su familia?"... PLOP!
Con eso me quedé de una pieza. En mi familia todos están al tanto y me apoyan también, mas bien, me aceptan tal cual soy y me respetan. No fue fácil para ellos en un comienzo, pero hay muchas cosas que siempre han primado y que han hecho esto posible, tanto del que me acepten, compartan y hasta integren a quien sea mi pareja a la familia (tampoco se trata que me relaje y me ande tomando de la mano o tratando de "amor" delante de ellos), eso sí yo creo que igual hay algo que les complica en alguna medida y va por el lado de la reacción de "la Sociedad" ante mi persona... o ante ellos??... ahora lo estoy dudando un poco.

Pero qué me preocupó de todo esto... el que en determinado momento, en determinada circunstancia, indistintamente a lo asumido y dignificado que yo esté, ¿deberé echar pie atrás? replegarme y no tomar aquel rol más activo o notorio en el desarrollo de una concienca colectiva? en un dejar que las cosas sigan tan cual y no tratar de hacer en algo un aporte y la diferencia?

Creo que yo podría llegar a optar por un papel más activo y comprometido, de darse la situación, pero es por ello que significaría que voy a actuar egoístamente frente a mi familia? no sería egoísmo de su parte el hacer que yo me tenga que apocar, no ser yo mismo y no luchar por mi respeto? No creo que pueda sacar una conclusión en este momento, por un lado me sentí desilusionado, por otro ofendido y definitivamente dudando si es que mi familia ha logrado captar todo lo que yo he avanzado o si vive asustada por la reacción de una buena parte de la sociedad chilena, mal que mal, ellos también pertenecen a ella y se mueven casi bajo sus mismos parámetros.